lunes, 31 de diciembre de 2012

Nieve


Adoro la nieve, y adoro las cosas pequeñas.


Nieve, macrofotografía. Coll d'Ordino (Andorra), 2012.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Viajes y otros apuntes


Ya tengo entre mis manos la primera criatura de Simientes Editores. El ejemplar número 53 de una edición limitada de 200.
Viajes y otros apuntes es un libro para ver, para tocar, incluso para oler. Una edición que cuida al máximo los detalles. La serigrafía de sus tapas de cartón, el diseño, el papel, la xilografía que aún huele a tinta fresca... y una recopilación de bocetos, apuntes, ilustraciones... una "vista previa" de los cuadernos de artista de Julio Antonio Blasco. Todo ello convierte a esta edición, libro, objeto... en una obra de arte.
Espero que sea el primero de muchos. Larga vida... Y enhorabuena.
 


jueves, 20 de diciembre de 2012

Feliz Navidad


Feliz Navidad para todos a los que, en estos días, nos falta alguien.


Collage. 2012.

martes, 18 de diciembre de 2012

Gracias


Se acercan las navidades; y es inevitable pensar en los que ya no están, o echar de menos más de la cuenta. Yo pienso en mi madre, y pienso en la enfermedad que se la llevó.
El cáncer es la peste negra del siglo XXI. No sólo por tratarse de una epidemia que se extiende a pasos de gigante; que no discrimina edad, sexo, o nivel de vida. También porque como la peste, contagia a todo lo que encuentra en el camino.

Hoy día se habla de esta enfermedad como algo pasajero, como algo que se puede superar, como algo contra lo que luchar y dejar atrás. No siempre es así. A veces es mortal. A veces, ya desde el diagnóstico, no hay remedio. Hay quien se derrumba, quien decide pasar sus últimos años, meses, días... lamentándose. Pero también hay quien, como hizo mi madre, lo afronta con valentía, con serenidad, con una sonrisa en la cara mientras el dolor lo permite.

Cuando el cáncer hace acto de presencia, todo cambia. Los más cercanos se ven envueltos en un nuevo modo de vida que no solo incluye la medicación, las constantes visitas al hospital, la quimio, las noches sin dormir, la delgadez extrema... Los cercanos son capaces de adaptar sus horarios, sus actividades cotidianas, su actitud. El sentido del humor (no la risa absurda, sino la capacidad de hacer del drama algo llevadero) aparece en los momentos más insospechados, y en los que más se lo necesita. En ocasiones, sucede sin haberlo pensado. Uno cambia sin darse cuenta, uno se siente más fuerte porque tiene que acompañar, que cuidar, que sentir sin caer agotado sobre la persona enferma. Uno re-elige la vida, porque esa otra persona no puede escoger. Yo fui de esas. Re-elegí la vida. Re-elegí sonreír.

A veces, y a pesar del dolor, uno sólo tiene ganas de decir gracias. Gracias, mamá.


Una despedida tan triste como hermosa. Ordesa, 2012.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Trapo y Rata


Algunos libros sobresalen en los estantes de las librerías. Este, a pesar de pequeño, es uno de esos libros. Obra de Magdalena Armstrong Olea. Y ganador del XIV Concurso de Álbum Ilustrado A la Orilla del Viento.

Trapo y Rata es una historia diferente. Una de esas que por lo general escapan a los libros para niños. Además, es una historia contada única y exclusivamente en imágenes.

A través de un trazo ágil y expresivo se nos muestra que es posible una amistad entre dos personajes diferentes y extraños. La amistad de una vagabunda y una rata que viven entre cubos de basura, que se esfuerzan por sacar adelante un espacio donde estar juntas, que comparten momentos hermosos entre los harapos, entre lo sucio.

Para leer Trapo y Rata hay que mirar, no sólo ver sino mirar. Lo general, el detalle. Hay que saber detenerse en cada expresión, en cada trazo, en cada sensación que es capaz de transmitir el sencillo dibujo a lápiz de grafito. Porque no es necesaria la retórica, ni son necesarios los colores. Porque a veces basta con muy poco. Porque una línea que baila, que crea contornos y sombras, es capaz de contar.



martes, 11 de diciembre de 2012

Pequeñeces que valen mucho


Hoy he vivido una situación peculiar que por lo extraña, por lo sencilla, porque aún queda gente que se deja "ver", me ha alegrado una tarde agotadora.
21.30. De vuelta a casa desde la facultad, un chico sudamericano (que es lo de menos y no lo es... porque ¿es cierto o no que tienen facilidad para las relaciones sociales?) me para en la calle y me dice que si puede permitirse el atrevimiento de preguntarme algo. En un primer momento pienso ¿qué narices me irá a preguntar?, a saber... Me aventuro a decirle que sí. ¿Por qué no? Claro, por supuesto, de qué se trata... Y acto seguido él señala la bicicleta azul cielo del escaparate y me pregunta que qué me parece. Y me explica: que le gusta, que ha pensado comprarla, pero que no sabe... por el color, quizá, porque puede ¿parecer de chica? Y quiere saber mi opinión. Sí, mi opinión. La de una desconocida que pasa por la calle. Y le contesto sinceramente: No sé lo que pensará la gente, pero a mí me encanta el color azul y esa bicicleta es preciosa. Yo la compraría. Y si a ti también te gusta... pues por qué no. Adelante. Me dice que sí, que le pasa eso mismo. Le gusta el azul y le gusta la bici. Me da las gracias sinceramente, se disculpa por el "atrevimiento" de pararme en mitad de la calle y preguntarme, y se marcha. Y yo, continúo hacia casa (dos puertas más allá) con una sonrisa en la cara. Porque me encanta que haya gente que confíe en la opinión de los demás (aún sin conocerlos), porque me encanta que la gente vaya más allá de todo convencionalismo, porque me encanta la facilidad de palabra, de interacción, porque me encanta que no todos vivamos en nuestra burbuja, porque me encanta... sencillamente.


La culpable, 2012.


domingo, 9 de diciembre de 2012

Lluvia de regalos


Se acercan las navidades. Nos lo dicen los anuncios de la TV, los escaparates de los centros comerciales, las luces que cuelgan de un edificio a otro sobre las calles...
Estas navidades van a ser tristes. Lo sé. Son las primeras... Y por primera vez, también la familia se ve forzada a no cenar junta en Nochebuena.
Y parecerá que me uno al afán consumista que se le ha dado a esta celebración religiosa, pero lo que más me gusta de las fiestas es (después de estar con los que quiero) poder regalar... No tanto recibir regalos como hacerlos (y si son hechos, literalmente, aún mejor). Me encanta planear cada detalle, darle vueltas en la cabeza al "¿le gustará?", ver la sonrisa del que recibe... Los regalos parecen tener en navidades su gran oportunidad, su minuto de gloria, su momento mágico. Y sí, todos los años, se los ve venir... Y voy a instaurar una nueva forma... Nada de Papá Noel, ni de Reyes Magos... lo mejor, las lluvias de regalos. (Aquí abajo el microrrelato, para ir abriendo boca).

Lluvia de Navidad.

Todos los años los veo venir. Aparecen por el horizonte, envueltos en papel de colores y batiendo sus lazos de seda roja. Una vez se sitúan sobre la ciudad, en formación de cumulonimbo, se dejan caer.

Pequeña Czarda


Para un fin de semana de estudio... Tranquilidad, y buena música. ¿Qué más se puede pedir?



Aún debo tener la partitura por ahí... Qué recuerdos.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Sutilezas


Hoy, como todos, es día de luces y de sombras. Hoy me decanto por lo sencillo, por lo sutil. Porque sin la luz lo sutil no existe. Porque sin la sombra lo sutil no emociona.

  
Papel gofrado. 2012.

Papel gofrado. 2012.